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Estudiante en tiempos de pandemia

Entrevista a un estudiante absorbido por la virtualidad universitaria con la finalidad de autoprotegerse

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por ese motivo que también se tiene que tener en cuenta como se encuentra su salud mental, qué preocupaciones tienen y cómo están cambiando sus miradas hacia el futuro.

Todo está en constante cambio, pero los estudiantes han tenido que hacer frente, en el último año, a un cambio inimaginable que les marcará de por vida.

Por ello, hemos querido hacer unas preguntas a Martí Gonzalo Torres, estudiante  de primer curso de la facultad de Blanquerna, URL. Él nos explicará a qué cambios se ha visto sometido después de la aparición de la Covid-19 y las repercusiones de estos.

 

1. ¿Cuáles son los motivos por los cuales decidiste no asistir de forma presencial a tus clases universitarias?


 

Es una decisión personal que me he visto obligado a tomar a causa de la pandemia mundial que después de un año, nos sigue acompañando. Cada día tendría que realizar un trayecto de 50 minutos en transporte público para desplazarme de mi pueblo hasta mi facultad localizada en Barcelona. Encima como se me asignó el horario de mañana, me tendría que ver obligado a coger el tren en hora punta, donde allí pocas distancias se guardan. Tengo claro que hasta que el índice de contagios no baje considerablemente, no voy a asumir tal riesgo. Desde pequeño he padecido asma crónica sin contar que tengo ciertas alergias; y aunque hoy en día está todo más o menos controlado prefiero no poner en peligro ni mi salud ni la de mi familia.

 

 

2. ¿Qué aspectos negativos consideras que conlleva seguir las distintas materias de forma online?

 

Primeramente creo que los ordenadores son una herramienta muy útil para realizar cualquier tipo de trabajo o función, pero me estoy dando cuenta que a la hora de establecer vínculos relacionales no nos lo pone muy fácil. Es cierto que en muchos casos los alumnos tampoco ponemos de nuestra parte, pero la frialdad de las clases online y la distancia emocional que se crea entre los compañeros y el profesor tampoco ayudan a ser participativos ni a estar al 100%. Al final aunque los micrófonos nos permitan preguntar o responder, no hay nada como que el profesor se acerque a tu mesa y tú le señalas con el lápiz donde está tu duda. Tampoco nada sustituye el que puedas notar la compañía de tus amigos para ir conociéndolos más.

Por otro lado, pienso que la situación tampoco juega a favor de los profesores, ya que muchas veces se ven obligados a hablarle a pantallas negras sin recibir respuestas verbales ni no verbales de sus alumnos.

Finalmente, el uso constante del ordenador tanto en las sesiones de meet como en la realización de trabajos o proyectos fuera del horario universitario, pienso que afectan muy negativamente en nuestra salud. Al final del día noto que se me cansa la vista y acostumbro a tener más dolores de cabeza, también cojo malas posturas y también deriva en tener una vida más sedentaria.


 

3. ¿Encuentras algunas ventajas en la educación online y que presencialmente no sea posible llevar a cabo?

 

Una de las pocas ventajas que le encuentro a este método educativo es la comodidad. Al final es tan sencillo como encender el ordenador, conectarte en sala meet y al finalizar la sesión; apagarlo. Un minuto después de acabar la clase ya puedes hacer lo que quieras porque te encuentras en casa.

Encuentro que es una herramienta muy útil que me permite no tener que desplazarme 50 minutos en un lugar que puede ser foco de contagio y seguir haciendo las clases sin perderme la materia.

 

 

4. En caso de que no fueras persona de riesgo, ¿qué modalidad preferirías y verías más efectivo, on-line o presencial?

 

Si realmente poder ir a la universidad no me supusiera ningún riesgo, escogería personalmente la modalidad presencial. Considero que la carrera de Publicidad, Relaciones y Marketing que estoy cursando, requiere mucha creatividad, trabajo práctico, cooperación pero sobre todo comunicar y relacionarse. Los últimos requisitos realmente los experimentamos de forma humana al ir presencialmente.

Aunque debo decir que ahora que me estoy acostumbrando y sé cómo organizarme, tampoco me parecen tan mal ni pesadas las clases virtuales.

 

En conclusión diría que tengo ganas de poder ir y disfrutar de la presencialidad y acabar de conocer a mis compañeros. Pienso que presencialmente estaré más concentrado en las clases, ya que al final en casa no estás en una clase. Pero sí que me gustaría que el modelo híbrido en vez de ser día sí y día no, fuera semana sí y semana no; para evitar así ese cambio y riesgo constante.

Prefiero volver cuanto antes a la universidad física, pero también creo que hay un buen trabajo para que 

 

 

5. ¿Cómo ha afectado las restricciones de movilidad ya sea comarcal o perimetral en tu rutina?

 

Realmente se me hace muy difícil, ya que yo soy del Vallés Occidental, pero siempre he hecho vida en Barcelona. Es cierto que no vivo en un pueblo perdido en el interior de Cataluña, pero mi rutina acostumbraba a desenvolverse fuera de mi pueblo.

A mí particularmente, la ciudad de Barcelona me encanta y estoy enamorado de ella. Allí viven muchos amigos míos, está mi universidad, puedes encontrar infinitas tiendas y mil actividades que realizar. Y al final en mi pueblo también tengo amigos, pero hay poca cosa que hacer. Entonces se me juntan las ganas que tengo de ir, pero al mismo tiempo pienso en cómo está la situación y en el riesgo que conlleva. 

 

 

6. ¿Cuáles son tus mayores preocupaciones sobre la situación en la que nos hallamos a nivel personal?

 

Mi mayor preocupación es obviamente coger la Covid-19 y que los síntomas puedan tener una reacción negativa en mí. Pero sobre todo, lo que más me preocupa son las personas de mi entorno; mis padres y mis abuelos. Lo que realmente me mantiene alejado de aquello que tengo tantas ganas de hacer o sitios que ir, es la posible repercusión negativa que podría tener si alguien de mi entorno se contagiara. Siempre voy con mucho cuidado por ese motivo. Aparte de esta gran preocupación, creo que estoy centrado en lo mío; voy estudiando, pero también intento desconectar y hacer otras actividades.


 

7. ¿Cómo te ha cambiado ética y moralmente la pandemia?

 

A nivel ético y moral, la pandemia me ha hecho ver la vulnerabilidad de las personas. Realmente lo que nos llena es el amor de los nuestros y lo que a la vez nos alimenta. Creo que ahora mismo, sobre todo a nivel familiar y con respecto a las amistades aprecio mucho más a mi círculo cercano y justamente creo que hay que olvidar y distanciarse de las personas que no pertenecen a este. Este virus nos ha demostrado que somos simples peatones que en cualquier momento podemos dejar de estar aquí. Es por ese motivo que la pandemia me ha hecho querer más a las personas que me rodean y no andar con tonterías.

 

 

8. ¿Cómo ha afectado esta situación a tus proyectos o a tu visión de futuro?

 

La pandemia mundial me afectó radicalmente, ya que yo estudiaba ciencias gastronómicas y culinarias para poder llegar a ser cocinero de un restaurante japonés. Pero por desgracia, la situación hizo que me replanteara mi futuro y me di cuenta de que la cocina no era lo mío y que a largo plazo no me veía trabajando en ese campo.

En cambio, sí que me veía en una carrera mucho más creativa, estudiando aspectos como la publicidad gastronómica y sin tener que estar en un restaurante que es muy sacrificado. En medio de la pandemia, inesperadamente, me empezó a llamar mucho la atención el mundo de la moda.  

Decidí que quizás la carrera que me estaba esperando era la de Publicidad, ya que unos de mis objetivos sería poder crear una marca de ropa, trabajar con marcas locales de Barcelona para hacer publicidad sobre ellas o trabajar en una agencia de publicidad relacionada con la moda. Pese a que esta primera toma de contacto con la carrera sea un poco distante y extraña; creo que este es mi camino. Espero no caer en la desmotivación y el pesimismo social que ya se está empezando a ver tanto en jóvenes como en gente de todas las edades ni dejar que la pandemia no me deje disfrutar de la etapa.

 

 

9. ¿Cómo han cambiado tus motivaciones académicas del año pasado respecto a este año?

 

Aparte de que el constante cambio al que nos vemos sometidos y las limitaciones sociales que tenemos que acatar pasan factura mentalmente, intento mantenerlas al margen del ámbito académico. Sí que es cierto que el ver que cada vez hay una mayor incertidumbre y poca estabilidad en todos los aspectos; hace que puedas sentirte desmotivado, estancado y a veces mirar hacia el futuro con miedo y desconcierto. Pero yo intento que estos sentimientos puntuales no se mezclen con mis ganas de aprender todas las cosas que esta carrera me va a aportar.

Centrándome en mi carrera, tengo muy claro que debo ir con la mente mucho más abierta y no centrarme solo en una opción. Al final este grado de comunicación al ser compartido con dos más, me hace ir con una mirada mucho más creativa y abierta.

Tengo que disfrutar de las oportunidades que me ofrece mi carrera, del profesorado que son los profesionales que nos enseñan cada día, disfrutar de las instalaciones que nos ofrece la facultad y sobre todo intentar conocer al máximo a mis compañeros. Al fin y al cabo creo que tenemos que ver el lado positivo de todo esto e ir superando poco a poco las pruebas que se nos pongan por delante. Somos jóvenes y hay  que intentar que no nos consuma ni nos desespere esta situación. Yo recomiendo divertirnos dentro de lo que se puede e ir con una mentalidad positiva  y motivadora.

Yo pese a la situación estoy muy orgulloso de la decisión tomada. La motivación que tengo por esta carrera, no la tenía antes cuando estudiaba gastronomía. 

 

 

10. Por último, ¿Qué es lo que más te preocupa de esta situación como sociedad?

 

Creo que lo que más me preocupa de la situación, dejando de lado el tema de las defunciones y los contagios,  es la estupidez humana. Sin duda es algo que nunca llegaré a entender y ahora aún menos. Un año después que esta llegará  a España y sigo viendo gente sin mascarilla, fiestas ilegales, gente que no hace caso a las restricciones… 

Eso es  lo que más me enfada y me inquieta. En estas circunstancias extremas te das cuenta de cómo realmente actúa la gente y ves que vivimos en un mundo lleno de irresponsables. Al final esta crisis requiere que cada uno ponga su granito de arena y si no es así, nosotros mismos nos iremos destruyendo poco a poco. Así que está en nuestras manos y debemos hacer que eso juegue a nuestro favor.

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Berta Ferrando

Manuel Vilardell

Virginia Camino

 

A lo largo de esta crisis sanitaria hemos visto cómo los jóvenes han estado en muchos casos en el punto de mira. Muchas veces se ha optado por juzgarlos y culparlos por el mal comportamiento de algunos de ellos, en vez de darles voz.

Al fin y al cabo la juventud de hoy, será la locomotora del país el día de mañana. Es

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